Introducción de los árbitros
A partir de esa fecha, el árbitro se convirtió en una figura
permanente del juego: una única persona con el poder de expulsar jugadores, y
señalar penales y lanzamientos de falta de manera inapelable. Los dos jueces se
convirtieron en jueces de línea o "árbitros asistentes", como se los
conoce hoy. Durante aquella reunión de la IFAB, que tuvo lugar en Escocia,
también se incluyó en el reglamento la red de la portería, con lo que se
completó la composición de la meta, tras la introducción el larguero en sustitución
de la cinta 16 años antes.
Al añadir nuevas reglas, también tomaron forma las
características del terreno de juego, tal y como lo conocemos hoy en día. El
saque inicial exigía la existencia de un punto central, y el círculo central lo
originó la necesidad de mantener a los jugadores a 10 metros de distancia
durante su ejecución. Resulta curioso que desde que se introdujeron los penales
en 1891, y hasta 1902, éstos no se lanzaban desde un punto concreto, sino desde
cualquier posición sobre una línea situada a 11 metros de la portería.
La decisión de 1902 de
conceder la pena máxima por faltas cometidas dentro un área de 18.9 metros de
largo desde la línea de gol por 40.2 metros de ancho hizo surgir el área y el
punto penal. Otra "área de gol", más conocida como "área
pequeña" (5.5 metros de largo por 18.3 de ancho) sustituyó al semicírculo
situado en la boca de gol. Sin embargo, aún tuvieron que pasar otros 35 años
hasta que se añadió la última pieza del rompecabezas, la media luna en la
frontal del área.
Comentarios
Publicar un comentario